Trauma y estrés.

En muchas ocasiones las personas se dan cuenta que tienen reacciones exageradas y repetitivas ante estímulos del ambiente en donde se desenvuelven, conductas que no pueden explicar y que los exponen ante los demás en situaciones desagradables, estas conductas en muchas ocasiones están guiadas por traumas.

La situación traumática se presenta en forma sorpresiva, e inesperada en la vida del sujeto caracterizada por su intensidad, la incapacidad del sujeto de responder adecuadamente y el trastorno y los efectos patógenos duraderos que provoca en la organización psíquica lleva indefectiblemente al estrés.

Las personas a diario están expuestas a situaciones estresantes que resuelven acorde a sus recursos personales, este estrés es el que nos estimula y activa para hacer cosas.
Los sucesos que guardan en sí mismos tanta emoción y que se pueden revivir una y otra vez con lujo de detalles, son acontecimientos que sorprendieron a la persona en algún momento de su vida y a lo que no pudo reaccionar, quedando inmóvil sin capacidad de resolución, sintiendo que estaba en riesgo su integridad física, psíquica o ambas.

Esta clase de situación que en algún momento de la vida cotidiana puede acontecer, se guarda en nuestra psiquis como un evento traumático con la carga emocional que en su momento tuvo.
El evento guardado en nuestra memoria no elaborado puede surgir al ser estimulado por una situación del presente
La persona que reacciona inadecuadamente expresando una conducta desmesurada, es una persona que sufre, que padece y que no puede evitar sentir lo que siente ante un estímulo determinado.

Entre algunas de las situaciones estresantes de la vida podemos encontrar, nacimientos, fallecimientos, mudanza, divorcio, cambio de trabajo, enfermedades, catástrofes etc.