Procrastinar, una forma de boicotearte.
La procrastinación se suele relacionar inmediatamente con dejar para después algo que se debe hacer, es una acción que implica una lógica aparentemente irracional, porque se sabe que hay que hacer algo y a la vez se hace otra cosa.
Se le puede echar la culpa a la mala voluntad de la persona, a las pocas ganas de realizar una tarea o a una conducta relacionada a la vagancia o desinterés por progresar o forjar un futuro, también se lo puede juzgar como una actitud inmadura al no asumir responsabilidades inherentes a la edad, poca motivación. Pensar de estas maneras solo abarca un área de la procrastinación.
Hay que tener en cuenta que postergar no depende solo de la voluntad personal, también hay que tener en cuenta que la actividad cerebral se guía por el placer y genera ideas agradables, fáciles de ejecutar, que dan satisfacción, ese si es una conducta lógica.
Este pensamiento genera una reacción en cadena que involucra a la psiquis en toda su amplitud, emociones, sentimientos, órganos y hormonas, que dan como resultado hacer lo que en muchas ocasiones no hace bien o no es conveniente, esto genera estrés, ansiedad y angustia, aunque en un principio era todo lo contrario.
Que se puede hacer para dejar de procrastinar:
- Buscar el “para que” se hace lo que se hace.
- Con la motivación localizada hacer una lista manuscrita con pasos a seguir para alcanzar el objetivo.
- Fraccionar las actividades seleccionadas en lapsos cortos de tiempos.
- Buscar un entorno físico que ayude a realizar la actividad y alejar toda posible distracción que tiente al cerebro a generar una actividad postergadora.
- Comenzar por hacer en el día lo que nos resulte más difícil de concretar
- Generar recompensas reales e imaginarias para los pequeños logros.
- Cambiar hábitos y costumbres
Al ser humano no le gusta sentir frustración, necesita sentir placer, eso implica tener un objetivo claro a alcanzar, que el solo pensarlo le de ganas de hacerlo y no de postergarlo, la recompensa al lograr el objetivo es placentera, se siente alegría, ilusión, satisfacción, regocijo, esperanza, realización y estimula el sistema límbico que genera hormonas que refuerzan la conducta y su repetición.